Turismo justo y educación para la ciudadanía y la solidaridad internacional: entre la sensibilización y el compromiso
2 Jun 2025

Turismo justo y educación para la ciudadanía y la solidaridad internacional: entre la sensibilización y el compromiso.

El turismo justo no es sólo una forma más ética de concebir las relaciones comerciales entre los socios a lo largo de la cadena de valor del turismo. Esta forma de turismo aspira igualmente a ser un potente vector de sensibilización y transformación de las personas, que permita a los viajeros desarrollar una sensibilidad intercultural y una ciudadanía comprometida.

En el marco de la sesión del 18 de marzo de 2025 del grupo de trabajo «Turismo justo y comunitario» de la Organización Internacional del Turismo Social, los profesionales del sector compartieron sus experiencias y debatieron sobre los mecanismos que permiten anclar la práctica del turismo justo y solidario en una lógica de educación para la solidaridad internacional. Para ilustrar estas reflexiones, los miembros del grupo de trabajo tuvieron el placer de recibir a dos ponentes con experiencias ricas y complementarias:

  • Chiara Utro, de Addiopizzo Travel, quien presentó el concepto innovador de su agencia de viajes: apoyar a los actores locales que se niegan a someterse a la mafia. Explicó cómo esta iniciativa encarna una nueva forma de compromiso cívico y ético en el turismo.
  • Gaëlle Martin, de Grandir Aventure, cuya agencia ha obtenido el sello de Turismo Justo de la ATES y está especializada en vacaciones para adolescentes y jóvenes. Nos habló de la investigación llevada a cabo para analizar el impacto del turismo justo en la comprensión del mundo y el compromiso ciudadano de las jóvenes generaciones.

 

Otros miembros del grupo también compartieron sus experiencias y análisis.

Una palanca de aprendizaje y sensibilización

Viajar suele considerarse un momento de relajación y descubrimiento. Sin embargo, en el contexto del turismo justo, se transforma en una experiencia de inmersión que fomenta la reflexión crítica sobre las realidades económicas, sociales e históricas de los destinos visitados. Lejos de las ideas preconcebidas que promueven los viajes tradicionales, se invita a los viajeros a descubrir «el otro lado de la postal», a conocer a actores locales comprometidos, a comprender la dinámica del desarrollo local y a desarrollar una comprensión más clara de la interdependencia global. Al sensibilizar a los viajeros sobre los valores de la economía social y solidaria y la posibilidad de una globalización alternativa positiva, al tiempo que se les ofrece una experiencia apasionante, el turismo justo es una poderosa palanca para cambiar los comportamientos, sobre todo los de los consumidores.

En este contexto, iniciativas como la de Addiopizzo Travel en Sicilia ofrecen un ejemplo elocuente de cómo el turismo puede formar parte de un planteamiento que luche contra los sistemas de opresión económica y social. Al animar a los viajeros a apoyar a las empresas que se niegan a pagar el «pizzo» -un impuesto mafioso-, este tipo de turismo no se limita a un consumo más ético, sino que se convierte en un auténtico acto de ciudadanía. Del mismo modo, los campamentos de vacaciones de comercio justo de Grandir Aventure permiten a los jóvenes participantes incorporar a su desarrollo personal nociones de solidaridad internacional y respeto por las culturas locales.

Las emociones, catalizadoras del compromiso

Uno de los aspectos fundamentales del turismo justo es la experiencia sensible del viajero. Lejos de ser una simple transmisión de conocimientos académicos, el contacto directo con las poblaciones locales, las historias de vida y la confrontación con realidades a veces difíciles suscitan fuertes reacciones emocionales. Esta carga emocional puede desempeñar un papel decisivo a la hora de cambiar las percepciones y el comportamiento de los viajeros.

Los ponentes subrayaron la importancia de estas emociones para anclar una conciencia duradera. Los turistas que visitan un barrio de Palermo donde los comerciantes resisten a la mafia no se van indiferentes: les conmueve la valentía de los habitantes y ven en términos concretos el impacto de sus elecciones de consumo. Del mismo modo, un adolescente que participa en un intercambio solidario en Madagascar puede, a su regreso, replantearse su percepción de las desigualdades y su compromiso cívico.

Medir y mantener el impacto

Pero, ¿cómo medir el impacto real de estas experiencias en los viajeros y las comunidades de acogida? Evaluar el impacto del turismo justo sigue siendo una cuestión compleja. Aunque herramientas como los cuestionarios posteriores al viaje y las entrevistas cualitativas permiten recoger testimonios y cuantificar ciertos efectos, no siempre reflejan cambios de comportamiento a largo plazo. A veces, los viajes de comercio justo pueden «plantar una pequeña semilla» que germinará varios años después.

Sin embargo, esta sensibilización debe inscribirse en un sistema económico concebido para apoyar las iniciativas locales y favorecer la emancipación de las poblaciones locales, de lo contrario se perpetúan estereotipos perjudiciales. No se trata de «tranquilizar la conciencia» de los viajeros permitiéndoles realizar acciones caritativas, ni de contribuir a «hacer el bien» a través de la experiencia turística, sino de crear las condiciones para una auténtica solidaridad entre los pueblos, la comprensión mutua y la reducción de las desigualdades.

Los participantes debatieron sobre las distintas formas de controlar el compromiso de los viajeros tras su experiencia. Algunos agentes del sector trabajan en la creación de plataformas de intercambio que permitan a los antiguos viajeros compartir sus acciones posteriores a la estancia e implicarse en iniciativas locales relacionadas con su experiencia. Esta continuidad es esencial para que el viaje no sea un mero interludio exótico, sino una etapa de un compromiso duradero con la ciudadanía.

Entre la viabilidad económica y el atractivo del modelo

Otra de las grandes cuestiones debatidas en la mesa redonda fue la viabilidad económica del turismo justo. Aunque la oferta atrae cada vez a más viajeros en busca de sentido y autenticidad, sigue enfrentándose a la competencia del turismo convencional. ¿Puede la educación en la ciudadanía y la solidaridad internacional ser un atractivo para los clientes, un argumento comercial, o por el contrario un elemento disuasorio para el público que busca entretenimiento y aventura?

Los profesionales presentes insistieron en la necesidad de diversificar las ofertas y comunicar mejor el valor añadido del turismo justo. Los viajeros son cada vez más sensibles a las cuestiones éticas, pero siguen necesitando información sobre las alternativas que tienen a su disposición. Una mayor visibilidad en línea, un etiquetado claro y testimonios atractivos pueden desempeñar un papel decisivo en la democratización de estas prácticas.

Conclusión: el turismo como vehículo de cambio

Al fin y al cabo, el turismo de comercio justo es algo más que un medio de consumo ético. Es una poderosa herramienta de sensibilización, capaz de transformar la visión del mundo de los viajeros y reforzar su compromiso cívico. Gracias a iniciativas innovadoras, encuentros auténticos y fuertes narrativas emocionales, tiende puentes entre culturas y promueve una visión más integradora de los viajes.

Sin embargo, para que este impacto sea duradero y significativo, es esencial seguir trabajando en la medición de los efectos del turismo justo, en su viabilidad económica y en la difusión de sus valores a un público más amplio. El reto es considerable, pero los debates de esta mesa redonda demuestran que los agentes del sector están decididamente comprometidos con esta dinámica.