El artículo 24 de la Declaración Universal de Derechos Humanos "otorga a toda persona el derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas".
El turismo debe ser accesible en todos los sentidos y la política social debe guiar, prescribir o establecer estas medidas.
El apoyo de los poderes públicos y la participación activa de las organizaciones sociales y de los operadores de turismo social son muy importantes.
El turismo desempeña un importante papel social, cultural y económico para las regiones y las comunidades locales. Sin embargo, es importante satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras de manera equitativa.
Los actores del turismo social participan en la lucha contra el cambio climático global y el agotamiento de los recursos naturales.
Gestos como el uso responsable de la energía y el agua, la elección de productos locales sostenibles, la gestión de los residuos, los medios de transporte responsables,... son esenciales. El sector también debe contribuir a la sensibilización de los clientes en materia de medio ambiente.
Los operadores de turismo social y las autoridades públicas desempeñan un papel crucial en la sensibilización de los visitantes, de los trabajadores y de las comunidades anfitrionas a un turismo respetuoso.
El turismo también debe contribuir a los programas y actividades de cooperación en los países en desarrollo. En primer lugar, a través del intercambio de experiencias y buenas prácticas entre organizaciones/empresas similares en países/regiones desarrollados y menos desarrollados.
Luego, a través del desarrollo del turismo de voluntariado, mediante el cual los viajeros pueden descubrir nuevas culturas y regiones al tiempo que ayudan a las comunidades locales (construcción de escuelas/casas/bibliotecas, ayuda a la agricultura, enseñanza, etc.). Es muy importante que las necesidades estén claramente definidas y que el viaje no sea una forma disfrazada de ganar dinero para los operadores.
Los operadores de turismo social se comprometen no sólo a respetar los derechos de sus trabajadores y a ofrecerles oportunidades de desarrollo, sino también a respetar los principios de justicia fiscal hacia las comunidades en su conjunto. Estos aspectos también conciernen a los voluntarios que deben trabajar en condiciones dignas y con un contrato claro y preciso.
En general, el turismo social favorece el desarrollo económico de las regiones desfavorecidas, genera oportunidades de empleo para la mano de obra calificada y no calificada y contribuye a la reducción de las desigualdades. Este enfoque permite también reorientar a los turistas hacia zonas menos conocidas, contribuyendo así a la contención del turismo de masas.
Los agentes del turismo social, en su misión de aportar un valor añadido no económico, prestan especial atención a los efectos benéficos de las vacaciones para los visitantes en términos culturales, sociales, psicológicos, educativos y físicos.
En un sentido colectivo, el turismo social juega un papel importante en el fortalecimiento del tejido social: la construcción de una identidad social, beneficiosa para la vida familiar y para el desarrollo de las comunidades.